Los artefactos y sombras en las nuevas tecnologías artefactos y sombras en las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías alientan el futuro y brindan un horizonte claro y amigable con el medio ambiente, esa "luz" hacia el final del túnel es parte de un período paradigmático que actualmente ha entrado en una crisis irreversible en relación con el calentamiento global, la disponibilidad de materiales y los costos de producción; una economía sensible y una amalgama humana de servicios y necesidades como la reducción de cantidad de materiales, peso en tonelaje, uso de combustible, aumento de la rentabilidad y de las reservas mundiales de los productos, que se utilizan en menores cantidades, no por aumento de masa sino, por dilatación de las cantidades requeridas en función de los procesos de fabricación, dando así la entrada a un nuevo modelo. Esta condición, presenta diferentes retos que ponen a prueba las capacidades humanas y las definiciones de lo correcto e incorrecto, apareciendo en escena los "artefactos" y las "sombras".


Los artefactos o artificios, para el área regulatoria, se explican como las distorsiones y desvíos esperados en función de la aplicación de nuevas tecnologías y mayores capacidades; ligados a la necesidad de adaptación de los operadores y la existencia o no de una comunicación positiva entre los humanos y las nuevas condiciones de trabajo. Las sombras, presentan un problema diferente y más grave, desvían la realidad lo suficiente para que lo observable se aparente o impresione realidad, de forma tal que se pasan de lado una gran cantidad de errores que vehiculizan al detrimento de la cultura operativa e institucional, tal detrimento, no es generalmente responsabilidad culposa de la empresa y el operador, sino una concatenación de causales que desencadenan en una catástrofe de mayores o menores dimensiones. El modelo de James Reason, explica con bastante claridad esta sucesión. 


Es necesario destacar que se deben tomar métodos de protección guiados de la mano de profesionales capacitados para entenderlos, comunicarlos y permitir que se produzca el antropomorfismo necesario para que el humano, ya sea hombre masa o no, se encuentre en condiciones de brindar una retroalimentación positiva al nuevo sistema, logrando honestidad frente a las fortalezas y debilidades del mismo, indistintamente de la existencia de oportunidades o amenazas, que si bien es de vital importancia reconocerlas, no necesariamente obliga en las primeras instancias del proceso. <br><br>Tanto la industria marítima, médica y aérea, de productos de consumo, la estructura educativa terciaria y universitaria, la industria farmacéutica, y en general cualquiera de ella que vemos se encuentra en este proceso de conversión, donde la tecnificación es necesaria para cumplir con los estándares de calidad, las nuevas pretensiones en materia de economía devenidas de la reducción del uso de la energía y la economización de los procesos, tanto por factores positivos como negativos, es decir, para aumentar las ganancias y hacer frente a las necesidades competitivas, como para ofrecer mejoras y compatibilidad con las disposiciones medio ambientales y de interés de la sociedad en general. Cada uno de estos cambios implican una forma diferente de comunicación, de comprensión biopsicoaxiotecnológica y un nuevo patrón de educación en materia de tecnocognición ligada a los nuevos tiempos y a las capacidades máximas y mínimas requeridas por el operador para garantizar un feedback positivo al sistema y sus nuevas tareas. 


Este proceso de cambio puede verse interrumpido por la normativa, los miedos y muchas veces los factores ocultos ligados a la propia administración que dispone un cambio paulatino; un ejemplo de ello se dio en las tabacaleras cuando explicaban a sus empleados que no eran responsables del mal liberado al mundo y las enfermedades que este traía, sino responsabilidad del consumidor tentado, o en los casos donde los fabricantes de bebida de cola querían desconocer los riesgos de las porciones exageradas de la misma que desencadenaron en obesidad y diabetes, con elevados gastos de salud pública, así como en los inicios de las energías, cuando el petróleo, y la mezcla de petróleo con plomo, no preocupaba a sabiendas del riesgo, debido a que la implementación estaba realizada y los cambios implicaban costos y una campaña de limpieza de la imagen corporativa, no eran dioses, se podían equivocar.


Más allá del dolo y la culpa, las características de aquellas épocas hoy vuelven a observarse en la industria naviera y la industria aeronáutica, así como en los nuevos procesos de fabricación que no atienden al calentamiento global y a prevenir mediante tecnologías verdes, al menos porcentualmente, el impacto ambiental. En materia marítima, las barreras de coral, la muerte y migración de vida marina, la reducción de algas y el aumento de la contaminación por aceites y combustibles derramados por el proceso de movimiento de las hélices de los barcos, tampoco ha sido considerado y es un hecho que los mismos sistemas se siguen implementando, dejando de lado la innovación y materia regulatoria en función de un nicho de confort, de la mano de factores complejos como los grandes consumos de combustible, y la industria aeronáutica no está lejos de este detrimento de la cultura operativa al culpar exclusivamente a otras industrias por la cantidad de incidentes que cada día se suman a las operaciones, dejando de lado aspectos como la reducción del peso de las aeronaves, los nuevos materiales, las nuevas capacidades estructurales, las computarización de los sistemas y las capacidades humanas de sus profesionales.


Estos aspectos, cada uno de ellos, cuenta durante los procesos pre paradigmáticos y los cambios de un modelo conocido hacia un sistema mejorado, ya que no cabe duda qué los procesos se orientan a cambios favorables, incluso aquellos que sostienen sistemas que han funcionado adecuadamente durante décadas, empero, la incapacidad de comprender estas sombras y artefactos en los parámetros de producción y estructura, en la operación diaria y en las capacidades de los empleados, arriesga severamente la idoneidad y profesionalismo de la respuesta global.


Prof. Lic. Maximiliano Racciatti